PRESENCIA DEL NÚMERO DE ORO |
PÓRTICO
Cada alma conoce el infinito; lo conoce todo, pero confusamente. Nuestras
percepciones confusas son el resultado de las impresiones que todo el
universo produce sobre nosotros. Solamente Dios tiene un conocimiento
distinto de todas las cosas, porque es la fuente de ellas. El espíritu no es
sólo un espejo del universo, sino también una imagen de la divinidad.
También como Dios, el espíritu es capaz de producir obras, aunque en
pequeño. Nuestra alma es arquitectónica, asimismo, en las acciones
voluntarias, y descubriendo las ciencias, según las cuales Dios ha regulado
las cosas (pondere, mensura, numero), imita en su demarcación y en su
pequeño mundo, en el que le es lícito ejercitarse, lo que Dios ha hecho en
el grande. De este modo, todos los espíritus, ya sean los de los hombres o
los de los genios, entran, en virtud y de la razón de las verdades eternas,
en una especie de sociedad con Dios; son miembros de la ciudad de Dios; es
decir, del más perfecto Estado formado y gobernado por el más insigne y
mejor de los monarcas. En esta monarquía no hay crimen sin castigo, ni
buenas acciones sin recompensa proporcionada, y hay, por último, tanta
virtud y felicidad como es posible. Y esto no por una perturbación de la
naturaleza, como si lo que Dios prepara a las almas violase las leyes de los
cuerpos, sino por el orden mismo de las cosas naturales, en virtud de la
armonía preestablecida en todo tiempo entre los reinos de la naturaleza y de
la gracia, entre Dios como arquitecto y Dios como monarca; de suerte que la
naturaleza conduce a la gracia y la gracia perfecciona a la naturaleza
sirviéndose de ella.
Paráfrasis de
Eduardo
Ovejero y Maury en el Prólogo del
libro de G. W. Leibniz ‘Nuevo Tratado del Entendimiento Humano’ -De las
Ideas Innatas-. Editorial Aguilar, 1928
EL PARADIGMA DE LA
ARMONÍA
Las proporciones tienen en su armonía
preestablecida al Número de Oro como paradigma, cuya presencia se valora en
la estética, la filosofía y la semiología, la matemática, la física, la
química y la biología, entre muchas otras áreas. Sin embargo, es frecuente
que lo que se sabe de él en una de esas áreas no se lo asocie con lo que se
sabe en las otras y se ignora que su manejo tiene un remoto pasado en
diversas culturas. A pesar de eso, el avance en el conocimiento de las
propiedades y manifestaciones del Número de Oro contribuirá al logro de la
síntesis que permita una mejor relación entre las disciplinas que se valen
de medidas y proporciones, para avanzar en la comprensión de la Armonía
Universal, eterna esencia de la arquitectura cósmica.
El Número de Oro no es una creación del
hombre; está en la Naturaleza y por lo tanto en él mismo que, en las esferas
de su más depurada creación intelectual, lo repite y utiliza en forma
conciente o espontánea, al intuir el código de la perfecta armonía. Hace
tiempo se ha dicho: "todo está dispuesto conforme al Número" (atribuido a
Pitágoras); "cuando Dios se propuso poner orden en el universo..... empezó
por distinguir las cosas por medio de formas y números” (Platón); "el caos
primitivo, falto de orden y de forma, y de lodo lo que diferencia según las
categorías de la cualidad, de la cantidad, etc., fue organizado según el
número" (N. de Gerasa); y "la proporción, como indica conveniencia con algo
único, y a la vez alteridad, no puede entenderse sin el número" y "el número
incluye, por tanto, todas las cosas proporcionales" (N. de Cusa). Esa
indispensable comprensión, de enorme trascendencia, será también la que se
tenga de la armonía en la Creación, que el hombre en la eterna búsqueda de
la belleza la imita en lo más sublime de su propia creación para, en forma
semejante, imponer orden en el caos con el marco, sin conocerlo con
precisión, de un mega contexto supremo.
El autor ha encontrado la presencia del
Número de Oro en obras de la Naturaleza y del hombre en distintas culturas.
En las obras de éste ha hallado además otros conocimientos sobre los números
y las proporciones. Este sitio tiene el propósito de dar a conocer ambos
tipos de conocimientos que, salvo las indispensables referencias que en cada
caso se señalan, corresponden en su totalidad a descubrimientos realizados
por el autor y que tienen registrados sus derechos intelectuales.
Carlos Calvimontes Rojas
urbtecto@gmail.com