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Cubrir espacios es el principal problema arquitectónico que se le plantea al hombre. Éste, en sus mejores logros para resolverlo, halla soluciones que reúnen condiciones de belleza, facilidad constructiva, ahorro de materiales y buena calidad estructural, repitiendo formas perfectas de la naturaleza. Esto ha ocurrido con los arcos parabólico y apuntado, cuya geometría se presenta en la sección de un cuerpo existente en la naturaleza que tiene un sistema de gran estabilidad debido a la armonía entre sus partes. El autor encontró la parábola en la parte alargada de la sección longitudinal del huevo de gallina. Consideró que éste debería tener su forma configurada por el Número de Oro, cuya presencia está sobre todo en lo que tiene vida o tiene relación con ella. Comprobó esa manifestación rectora que trasciende al mejoramiento del conocimiento del huevo. El resultado, además de beneficiar al diseño y construcción de los arcos parabólico y apuntado, aporta al mejor conocimiento de la parábola. |
El Número de Oro (1,6180339...) es la medida de la perfecta proporción entre dos partes desiguales. Conocida desde muy remota antigüedad, en la geometría plana Vitruvio propuso que "para que un espacio dividido en partes desiguales resulte agradable y estético, deberá haber entre la parte más pequeña y la mayor la misma relación que entre la mayor y el todo". Tratándose de segmentos lineales, Euclides definió que dicha proporción es la "división de una longitud en media y extrema razón" o Sección Áurea.
Como explica Ghyka, lejos de estar plenamente descifrado ese código
de la naturaleza, se exhibe en el inestable concurso de todas las partes
de los seres vivos y en la materia con alguna forma de estructuras dinámicas,
con la expresión del patrón armónico resumido que es
el Número de Oro, con la base del número 5. En cambio en las
formas de la materia no organizada para la vida, en los exponentes de simetrías
estables y en las estructuras de equilibrio cristalino, su esquema numérico
recurre en general al número 6.
En la creación arquitectónica la mejor armonía de las partes componentes de una obra incorpora a al Número de Oro, connatural al hombre por estar en sus mismas proporciones. El ser humano ha aplicado criterios desarrollados sobre esa armonía en forma espontánea o voluntaria en lo mejor de su creación desde la antigüedad, en las culturas de Sumer, Egipto y Tiwanaku; y, en Occidente, a partir de los estudios de Policleto, Euclides y Vitruvio, los de Alberti, Leonardo da Vinci, Durero, Miguel Ángel, Zeising y Le Corbusier, entre muchos otros.
El arquitecto expresa intuitivamente el concepto del 'diseño deseado'
y, según Le Corbusier, "hace automáticamente las correcciones
ópticas necesarias", en adición a lo planteado por Leibniz
sobre la aplicación de la armonía preexistente, ya que "poseemos
muchos conocimientos de que no tenemos conciencia clara, aun cuando los
aplicamos", asumiendo que "toda la aritmética y toda la
geometría existen de una manera innata y virtual en nuestra alma",
aunque "los principios innatos sólo aparecen cuando la atención
se fija en ellos".
El dibujo con arcos de cuatro círculos es el que mejor configura a la sección oval inscrita en la vesica piscis. Aunque en ese dibujo no se encuentra una parábola, se tiene de ésta con precisión las proporciones de su cuerda y flecha. La minúscula diferencia entre la parábola y la combinación de arcos circulares en partes no significativas (ver el gráfico de la parábola), hace que el producto del análisis de la figura oval sirva para el rápido diseño de los arcos parabólico y apuntado y para un mayor conocimiento de la parábola.
GEOMETRÍA DE LOS ARCOS APUNTADO Y PARABÓLICO
Con el conocimiento o percepción de la armonía en las proporciones e inspirada en la forma del huevo, la arquitectura que prefirió los arcos apuntado y parabólico utilizó adobes y mortero de barro en muy antiguas culturas de diferentes lugares, hasta llegar a la música en piedra de la arquitectura gótica, para construir obras bellas y además durables. La preferencia por tales arcos se debió a que la regularidad armónica de éstos reúne óptimas condiciones estructurales para transmitir las cargas al suelo más directamente, con un mínimo de esfuerzos laterales.
Todas las parábolas son similares: aunque el tamaño varíe, las constantes de su configuración son las mismas para todas ellas. En consecuencia, al quedar demostrado que la parábola se encuentra en la sección oval configurada por el Número de Oro, se establece las proporciones relativas de las principales dimensiones de toda parábola: parámetro, flecha y cuerda, con las implicaciones consiguientes. Así mismo la coherencia armónica del conjunto que asocia la figura oval con la parábola permite confirmar la ubicación del foco de ésta.
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